Concilios latinos



Letrán I
Fue convocado por el papa Calixto II en diciembre de 1122, inmediatamente después del Concordato de Worms que puso fin a la querella de las investiduras; aboliéndose el derecho, que reclamaban los príncipes, a investir dignidades y tener beneficios eclesiásticos. Finalizó en 1123.



Letrán II
Fue convocado por Inocencio II en 1139, y afrontó el asunto de los falsos pontífices, la simonía, la usura, las falsas penitencias y los falsos sacramentos. Se condenó a Arnaldo de Brescia.

Letrán III
Convocado bajo el papa Alejandro III en 1179, para condenar a los albigenses y valdenses, y de nuevo la simonía. Se dictaron muchas disposiciones para la reforma moral de los miembros de la Iglesia.

Letrán IV
Fue convocado bajo la autoridad del papa Inocencio III en 1215, para condenar varias herejías: de los albingenses, de los valdenses, del abad Joaquín de Fiori, y otras. Se elaboró un credo más extenso, contra los albigenses.

Lyon I
Convocado en 1245, y presidido por Inocencio IV; sólo se abordaron problemas morales y disciplinares de la Iglesia. Se excomulgó y depuso al emperador Federico II y se convocó una cruzada encabezada por el rey Luis IX de Francia (San Luis), que asistió al concilio.

Lyon II
Fue convocado por Gregorio X en 1274, y se consiguió una breve unión con la Iglesia de Oriente, que estaba separada de Roma desde el llamado Cisma de Oriente. Se promulgaron normas para la elección del papa. Se añadió la cláusula Filioque al símbolo Constantinopolitano.

Vienne
Convocado por Clemente V (1311-1312), el primer papa residente en Aviñón. Se trató de los errores de los Templarios, Fraticelli, Beguardos y Beguinas, de Pedro Juan Olivi. Se abolió la orden de los Templarios. Se dictaron normas para reformar al clero.

Constanza
Convocado por Martín V (1414-1418). Condenó las afirmaciones de Juan Hus, Wicleff y otros. También se ocupó de las divisiones en la Iglesia provocadas por el Cisma de Occidente. Es considerado concilio ecuménico sólo en sus últimas sesiones (XLII-XLV), cuando lo legitimó Gregorio XI al convocarlo formalmente.

Basilea
Convocado por Eugenio IV (1431-1445) para buscar la pacificación religiosa de Bohemia. Se celebró en Basilea, Ferrara y Florencia. Se intentó la unidad con los ortodoxos, sin resultados, y la de los armenios y jacobitas con la Iglesia de Roma.

Letrán V
Convocado en 1511 (comenzó en 1512) por el Papa Julio II y clausurado por León X en 1517. Su tema central fue la reforma de la Iglesia, decretándose disposiciones disciplinarias. Se propuso una cruzada contra los turcos, que no llegó a realizarse.

Trento
Convocado por Pablo III (1545-1563) para tratar el tema de la escisión de la Iglesia por la reforma protestante. También se ocupó de muchos temas doctrinales, morales, y disciplinares. Se decretó sobre la Justificación, los Sacramentos, la Eucaristía, el Canon de la Sagradas Escrituras y otros temas, con variadas disposiciones disciplinares. Se condenaron las ideas de Lutero y otros reformadores. Fue el concilio más largo y en el que se promulgaron más decretos dogmáticos.

Vaticano I
Convocado por Pío IX en 1869, tuvo que interrumpirse el 20 de septiembre, por la toma de Roma por Garibaldi. Trató los temas de la fe y constitución de la Iglesia. Se definió la potestad del Romano Pontífice y su infalibilidad cuando habla ex cathedra en temas de fe y moral.

Vaticano II
Convocado por Juan XXIII (1962-1965) que presidió la primera etapa, hasta otoño de 1962; las tres sesiones siguientes fueron convocadas y presididas por Pablo VI, su sucesor. Fue un concilio pastoral, no dogmático.

Los XXI concilios ecuménicos citados, son los reconocidos por la Iglesia católica.

Ut unum sint

Ut unum sint (latín: Que sean uno) es una encíclica redactada por Juan Pablo II que fue publicada el 25 de mayo de 1995. Trata sobre la...