Un concilio ecuménico es una asamblea
celebrada por la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas con carácter general
a la que son convocados todos los obispos para reconocer la verdad en materia
de doctrina o de práctica y proclamarla.
El término concilio proviene del latín
concilium, que significa "asamblea". Ecuménico, proviene del latín
oecumenicum, traducción a su vez del griego οἰκουμένoν, que significa (mundo)
habitado.
La reunión de apóstoles y presbíteros
celebrada en Jerusalén, hacia el año 50, no se cuenta como concilio ecuménico.
Los concilios ecuménicos se numeran del I
al XXI, y se dividen en dos grupos: griegos y latinos, según el idioma de los
documentos oficiales.
Los griegos, que tuvieran lugar en Oriente, fueron
convocados por los emperadores de la época. Los concilios latinos, reunidos en
Occidente, fueron convocados por los papas.
Los concilios de la Iglesia católica son
convocados por el papa y presididos por él o por un delegado suyo, y en ellos
habrá de estar representada una mayoría de los obispos de las provincias
eclesiásticas. Para la validez de sus acuerdos es preciso, como condición sine
qua non, la sanción del mismo papa.